La Calle de las Sirenas

1996. Me imaginaba a las sirenas en la Luna, empapando a las estrellas con pintura, oyendo en un radio Sony, a eso de las 11:00 p.m. en Tlalnepantla, Ciudad de México. Estaba de moda. Ahora recuerdo la música con nostalgia.

La calle de las sirenas

Atraviesan unicornios
que son blancos y que brincan sin parar
hacia el lado más angosto de la calle.

Si te fijas bien arriba
del letrero de tus zapatos hayarás
a unas hadas trabajando un vestido azul.

Parece que sólo levantan la mirada
cuando los duendes pasan hacia el castillo
al final de la calle es justo ahí
donde hace más calor

oh uh oh imáginate las sirenas en la luna
oh uh oh empapando las estrellas con pintura.

Mil princesas pasan bailando
con vestidos que van volando
en un carruaje azul.

El dragón de este castillo
esta triste y tiene muy mal humor.
Es su fuego enloquecido lo que dá calor.

Y la bruja su vecina
tarde y noche un remedio buscará
porque el fuego no lo calma ni el ventilador.
Podría pasar mi vida con aquel (gigante)
que todo el mundo teme (teme),
y si me acerco hasta tocar su mano
me dicen que es sólo un ser humano.

Oh uh oh imáginate a las sirenas en la luna
oh uh oh empapando las estrellas con pintura
oh uh oh imáginate a las sirenas en la luna
oh uh oh empapando las estrellas con pintura.