Imagínense una playa verde turquesa, clara, con calor mayor a los 33ºC. Solamente podremos imaginarnos en una calzoneta, sentados en la arena con alguna bebida fría en nuestras manos, descansando y pensando en otra cosa que no sea en la crisis que enfrenta el mundo por culpa exclusiva de codiciosos (uf, me voy del tema...). Bueno, imaginarnos en la playa no cuesta nada, sobre todo porque nuestro mar se encuentra a media hora de San Salvador.

Lo difícil, al menos para mi, es imaginarme saltando sobre la nieve. Compitiendo a nivel olímpico, mucho menos. Sin embargo, la capacidad del ser humano para imaginar algo y llevarlo a cabo es asombrosa. Lo demuestran los logros y fracasos de la humanidad, sobre todo ahora que estamos , desde la aparición de la bomba atómica, a punto de extinguirnos catastróficamente. Pero siempre hay algo que nos hace sentir mejor, positivos. Y es lo que hace Erroll Kerr, un jamaiquino perteneciente al equipo que competirá en la próxima olimpiada de invierno en Canadá.