A pesar de que han pasado más de diez días desde que Cristina Esmeralda López ganó su medallla de oro en los Juegos Panamericanos, creo que no llego tarde para expresar el orgullo que sentimos de que haya ganado esa dura competencia. Se entiende que la Caminata es una de las disciplinas del atletismo muy exigente, puesto que la técnica debe ser muy depurada, así como el esfuerzo competitivo que hay que tener en mente. La caminata exige, entre otras cosas, que el atleta se esfuerze por caminar lo más rápido posible manteniendo uno de los pies en el suelo. Para ello, el atleta debe moverse de tal forma que cumpla con ese requisito y sea eficiente, que no pierda esfuerzo en tratar de cumplir con tal exigencia.
No conozco a Cristina personalmente, pero vale la pena que, desde este blog, le externe mis felicitaciones, esperando que reciba mucho más apoyo que el que, hasta ahora, ha recibido. Igualmente lo deseo para todos aquellos atletas que participan en competencias internacionales en las diferentes disciplinas.
Con esta medalla, junto a las conseguidas en arco, estos atletas se han ido colocando en el cuadro de los mejores atletas internacionales. Uno de los primeros, lo repito siempre, fue Eduardo Alberto Vásquez Ramírez, atleta cerebral, quien consiguió la primera medalla de oro a nivel mundial en Ajedrez, a pesar de que no hubo, en su momento, más gloria que la que se lleva el atleta al momento de recibir la presea (aquí pasó casi desapercibido, a pesar de que le dieron un premio de la Espiga de Oro). Al contrario de los futbolistas, los ajedrecistas no tienen el valor comercial de los primeros, pese a que hay un esfuerzo mucho mayor y que es lo que define al ser humano: el pensamiento.
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