Sin embargo, la importancia de esta conferencia no solamente radicaba en la temática, de por si necesaria, sino porque destacó un punto importante en la economía de nuestro país: es necesario que a nuestros productos se le de un valor agregado para poder competir en el actual mercado global. Y esto comienza por establecer un ordenamiento en la producción: calidad y cantidad. No es posible competir si no hay calidad. Y calidad no solamente significa cumplir con los requisitos (y de hecho, así es cómo se define la calidad), sino tiene que ver con toda la cadena productiva. Hemos llegado al punto, por cierto, de que el cumplimiento de los requisitos también tiene que ver con la ecología, con el ambiente.
No es posible considerar exportar si, en primer lugar, no hemos resuelto problemas básicos, como el abastecimiento local. Y en esto tenemos diversas contradicciones: importamos aguacates de México, importamos okra de Guatemala, importamos maíz de Brasil y Argentina, importamos cafeína de Estados Unidos, importamos, en fin, productos que podemos producir aquí.
Las conferencias, resumiendo, excelentes...
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