¿Pero qué información es la que debe contener un alimento procesado en su etiquetado? Todo consumidor espera que lo que compra es lo que en la etiqueta se le dice que contiene el producto y está dispuesto a pagar por ello. Se supone que las etiquetas deben seguir una normativa regulada por alguna institución estatal. En nuestro caso, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, sería el que autoriza la venta de productos alimenticios y, por lo tanto, exige que los alimentos procesados contengan la información adecuada para que el consumidor pueda conocer su contenido.
Un alimento procesado y envasado debe contener, en términos generales, la siguiente información en su etiqueta:
1. Nombre o descripción del producto
2. Fecha de producción
3. Fecha de expiración del producto o vida máxima en el mercado, a partir de la fecha en que ha sido manufacurado.
4. Requerimientos legales (permisos otorgados por el organismo correspondiente).
5. Requerimientos de almacenaje (cómo almacenarlo en caso de abrir el envase y no consumir todo el producto, por ejemplo).
6. Datos nutricionales
7. Composición del producto
8. Lista de aditivos
9. País de origen
10. Información relevante sobre el alimento:
a. Contraindicaciones alergénicas
11. Contenido calórico por porción consumida y por el total del producto envasado.
Unos cuantos ejemplos de información falsa puede darse al escribir, en la etiqueta, que un producto determinado está manufacturado con la mejor calidad de ingredientes, cuando en realidad no sea así. También puede dar origen a problemas cuando no se mencionan la incorporación de ingredientes en algún alimento compuesto, como podría ser aditivos en carne para hamburguesa.
La importancia de que en la etiqueta se proporcione la información adecuada radica en el mismo mercado. Información falsa puede llevar no solo a problemas legales, sino a ser apartado del mismo mercado.
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