Algo podremos aprender de otras ciudades...

A veces lo digo con sarcasmo, en San Salvador he visto orinar en la vía pública, a E'to, a Ronaldo, a Ronaldhino, incluso a Beckman, a la par de un poste telefónico, en la esquina de un muro, o junto a un arbusto. De todas formas, contaminando el ambiente y exponiendo sus partes nobles a la vista de todo el mundo. Claro, no son estos jugadores quienes se orinan en la calle, sino sus fanáticos, que usan la camisa con el número, y el nombre, de sus ídolos futbolísticos. No deja de ser un espectáculo desagradable.

Podría decirse, a modo de excusa, de que en San Salvador, no hay baños públicos en la cantidad necesaria para que esto no ocurra. Y es cierto. No se puede estar en algunos puntos de la ciudad y encontrar, en caso de necesidad, un baño público en donde descargar algo normal que sucede con nuestro metabolismo corporal.

En tiempos del alcalde Napoleón Duarte se edificó el primer sitio de baños públicos. Fue bastante debatido por la ubicación, pero es algo que no me interesa comentar. Sin embargo, estos baños eran los únicos en el centro de la ciudad. Luego se cambiaron de sitio y hay pocos sitios públicos construidos para resolver estas necesidades de la población.

Ahora se alquilan baños móviles y, que bien, resuelven el problema en las concentraciones de gente, ya sea porque se trabaja en construcciones o porque hay un evento masivo. Pero el problema para la gente que camina en la ciudad no hay una solución más adecuada que mostrar su baja cultura.

Pero podemos aprender de otras ciudades, como las holandesas. En la primera foto se puede ver un diseño de mingitorio holandés. Es relativamente pequeño y es bastante práctico. Es un mingitorio para hombres, imagino que habrá otro tipo de dispositivo para mujeres, pero no he podido conseguir imagenes de éstos, puesto que es de suponer que la misma necesidad tiene una mujer que un hombre de vaciar su vejiga.

La segunda foto es una muestra de cómo luce la ciudad y la ubicación de este dispositivo. Resulta un poco molesto, pero imagino que más higiénico. Recordemos que una ciudad suciedad no es una ciudad segura para nadie, incluso para aquellos que la ensucian.