La frase pudiera parecer bastante cínica o insultante para los chinos, o para cualquiera que se sienta ofendido por esta frase que parece haber sido dicho en forma despectiva. En lo personal, dicha frase me impresionó por lo que dice y advierte a la sociedad de la cual es miembro dicho educador. Por cierto, la frase la oí en un reporte de la Televisión Alemana y que pasan en uno de los canales de TV nacional.
Me imagino que para un alemán, el sentido de advertencia del comentario se entiende por el nivel de vida que mantiene la sociedad alemana y la enorme capacidad que tiene dentro del mercado internacional. Para nosotros debería ser un ejemplo de cómo deberíamos actuar. En este aspecto me atrevo a decir de que carecemos de una idea clara de lo que somos y de lo que deberíamos ser, lamentablemente. Y, por otro lado, tenemos una idea bastante pobre de cómo debe ser nuestras actividades.
Recientemente estuve hablando con una persona que me comentaba de que nosotros no tenemos una cultura empresarial. Tenemos una idea del comercio, comprar barato y vender más caro. Pero no tenemos una idea clara de lo que significa ser un empresario, de negocios a mayor plazo. Por ejemplo, me decía, no hay muchas personas que se atrevan a invertir en negocios que puedan significar riesgos a largo plazo, como comenzar el cultivo, digamos, de una variedad de mangos que actualmente no existen en el país.
El comportamiento empresarial, científico, técnico, cultural o, en términos generales, el comportamiento social es producto de la educación. Comenzamos a educarnos desde que estamos en el vientre de nuestra progenitora, continuamos durante los primeros meses de vida, en los cuales se comienzan a formar las primeras impresiones en el cerebro; en el kinder, o jardín de infantes, comenzamos una formación mucho más complejas.
Se nos dice que es en el hogar en el que iniciamos nuestra educación y es la que nos dará las líneas generales para toda nuestra vida. Pero la escuela, el colegio y la unversidad también tienen mucha responsabilidad en lo que seremos en nuestra vida y en lo que podamos aportar a nuestra sociedad. Y, por ser instituciones que responden a las políticas de un estado, el estado tiene la mayor responsabilidad en los resultados que se obtienen.
Por ello mismo, cuando oímos, hace unos años, que nuestro país sería un país de maquila nos sentimos ofendidos, en lo personal, puesto que creemos que merecemos mejor destino y que tenemos el potencial para convertirnos en un mejor país.
No desperdiciemos nuestros cerebros!
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