En estos últimos días me he interesado mucho en lo relacionado a la energía, a su suministro, desde un punto de vista técnico. Pero pensando en la supervivencia de nuestros países, teniendo en cuenta que somos parte de lo que se llama el Tercer Mundo.
Actualmente la crisis energética ha venido a golpearnos a todos y hemos visto que las soluciones que se buscan, en mi opinión, son del tipo "apaga fuegos", puesto que no hemos buscado soluciones que nos puedan llevar a amortiguar la crisis que ha generado el alto precio del petróleo. Hay que estar claro que los precios altos obedecen más a razones de orden político que a la falta de este negro recurso. Pero esto es un tema más complejo que al que quiero referirme y que, por estar relacionado, hago mi comentario.
Parte de la solución que se ha buscado es subvencionar el precio de los pasajes de buses, con la excusa de "ayudar" al sector empresario. En principio suena muy bonito. Pero hay varios aspectos que deben observarse y mantener una actitud de crítica hacia dicho sector y a la subvención al sector.
Por ejemplo, me tenía que trasladar de Santa Tecla hacia San Salvador. Esperaba el bus en una parada no muy concurrida. Cuando llegó el bus, éste paró muy adelante y tuve que correr un poco para montarme. El cobrador (no sé por qué llevan cobrador, por cierto) me obligó a subirme por la parte de atrás. Le dí tres monedas de diez centavos, por lo que esperaba que me regresara una moneda de cinco centavos. Pero no fue así, el cobrador se fue hacia adelante y no me dio el vuelto. Un par de paradas más yo se lo pedí. Se molestó, pero me los dio. El motorista le preguntó el monto del vuelto y el cobrador, despectivamente, le respondió que eran sólo cinco centavitos.
El incidente no dejó de ser lo que fue, un incidente. Pero indica mucho sobre el problema del nuevo impuesto a la gasolina. Muchos conocemos de las prácticas que los motoristas y cobradores tienen con el cobro del pasaje. Inclusive, los empresarios han colocado contadores de pasajeros mecánicos para corroborar el pasaje y el dinero producto de éste último. Pero el problema continúa igual: los empresarios no tienen ganancias suficientes para mantener en buen estado sus buses ni mucho menos cambiarlas al terminar su vida útil económica. El robo sistemático e histórico no ha podido ser corregido.
Por ahí debería comenzarse... luego podremos seguir haciendo otros comentarios relacionados...
Actualmente la crisis energética ha venido a golpearnos a todos y hemos visto que las soluciones que se buscan, en mi opinión, son del tipo "apaga fuegos", puesto que no hemos buscado soluciones que nos puedan llevar a amortiguar la crisis que ha generado el alto precio del petróleo. Hay que estar claro que los precios altos obedecen más a razones de orden político que a la falta de este negro recurso. Pero esto es un tema más complejo que al que quiero referirme y que, por estar relacionado, hago mi comentario.
Parte de la solución que se ha buscado es subvencionar el precio de los pasajes de buses, con la excusa de "ayudar" al sector empresario. En principio suena muy bonito. Pero hay varios aspectos que deben observarse y mantener una actitud de crítica hacia dicho sector y a la subvención al sector.
Por ejemplo, me tenía que trasladar de Santa Tecla hacia San Salvador. Esperaba el bus en una parada no muy concurrida. Cuando llegó el bus, éste paró muy adelante y tuve que correr un poco para montarme. El cobrador (no sé por qué llevan cobrador, por cierto) me obligó a subirme por la parte de atrás. Le dí tres monedas de diez centavos, por lo que esperaba que me regresara una moneda de cinco centavos. Pero no fue así, el cobrador se fue hacia adelante y no me dio el vuelto. Un par de paradas más yo se lo pedí. Se molestó, pero me los dio. El motorista le preguntó el monto del vuelto y el cobrador, despectivamente, le respondió que eran sólo cinco centavitos.
El incidente no dejó de ser lo que fue, un incidente. Pero indica mucho sobre el problema del nuevo impuesto a la gasolina. Muchos conocemos de las prácticas que los motoristas y cobradores tienen con el cobro del pasaje. Inclusive, los empresarios han colocado contadores de pasajeros mecánicos para corroborar el pasaje y el dinero producto de éste último. Pero el problema continúa igual: los empresarios no tienen ganancias suficientes para mantener en buen estado sus buses ni mucho menos cambiarlas al terminar su vida útil económica. El robo sistemático e histórico no ha podido ser corregido.
Por ahí debería comenzarse... luego podremos seguir haciendo otros comentarios relacionados...
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