Esta vez hago un pequeño comentario sobre la película que Will Smith nos ofrece, I Am Legend, título en inglés, que es la historia de un sobreviviente a un virus creado por la ciencia para combatir el cáncer y que, en lugar de ello, ha mutado a las personas en monstruos.
Lo que llama la atención en esta historia son sus implicaciones. El film, como casi todo lo que produce Hollywood, está lleno de acción, efectos especiales y escenas muy creativas. Pero hay algo más en esta historia. Se supone que los investigadores médicos manufacturaron una cura para curar el cáncer. La cura requería que a los pacientes se les inoculara un virus genéticamente modificado para que bloqueara el crecimiento de los tumores cancerígenos. También se dice que el tratamiento era exitoso en principio, pero -aquí comienza la acción- el virus mutaba y afectaba a los pacientes, convirtiéndolos en bestias con fuerza sobrehumana, pero con un intenso miedo a la radiación solar (ultravioleta).
Aparte de algunas incoherencias, y muchas similitudes con otras películas del mismo género, lo que llama la atención es la forma de ver la manipulación genética y las posibles consecuencias que pueden producirse. Estamos jugando a ser brujos y, como aprendices, podemos estar usando, al momento, fuerzas que no podremos controlar. El problema, por cierto, es que las manipulaciones genéticas ya se están realizando y ya se están comercializando, en los diversos ámbitos que tiene incidencia económica. Esperemos que haya más científicos que, como Will Smith, sean ratones de laboratorio con las características físicas de un Rambo.
Aparte de algunas incoherencias, y muchas similitudes con otras películas del mismo género, lo que llama la atención es la forma de ver la manipulación genética y las posibles consecuencias que pueden producirse. Estamos jugando a ser brujos y, como aprendices, podemos estar usando, al momento, fuerzas que no podremos controlar. El problema, por cierto, es que las manipulaciones genéticas ya se están realizando y ya se están comercializando, en los diversos ámbitos que tiene incidencia económica. Esperemos que haya más científicos que, como Will Smith, sean ratones de laboratorio con las características físicas de un Rambo.
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