El tema es actual. La tecnología nanotecnológica es uno de los últimos desarrollos que promete grandes efectos en diversas áreas. En alimentos, la nanotecnología promete productos más efectivos tanto nutricionalmente como la presencia que éstos puedan tener en los estantes y en las mesas del consumidor. En la industria, la nanotecnología ofrece procesos mucho más eficientes. En resumen, el horizonte que se presenta es enorme y hay muchas esperanzas puestas en lo que vendrá en el futuro.
Sin embargo, hay nubes en dicho horizonte. Entre tantas, hay una preocupación muy válida con relación a la contaminación que los nanoproductos puedan producir en el medio ambiente.
Es interesante, por ejemplo, el artículo periodístico sobre el experimento efectuado con calcetines con deodorizante nanotecnológico. La plata con la cual se impregna la tela de los calcetines se desprende de la ropa y contamina el agua, lo cual lo hace en una forma más profunda que si se tirara plata finamente pulverizada a un río. El experimento también probó diversos calcetines, de diferentes fabricantes; unos presentaron mejor resistencia al lavado que otros. La preocupación es válida, ¿no?
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