En Gran Bretaña hay una obligación para los proveedores de combustible para los vehículos. El combustible debe contener al menos un 2.5% de biocombustible. Imagino que la política tenderá a incrementar el porcentaje actual mínimo para ajustarlo a mayor cantidad de biodiesel.
El problema es que, aún con esta mínima concentración de mezcla, se destina mucha tierra fértil en la producción de combustible en lugar de destinarlo a la producción de alimentos. Y esta práctica no solo es en Inglaterra, sino que se repite en todo el mundo.
Desde hace algún tiempo se ha venido observando en los periódicos del país la oferta de compra de semillas oleaginosas que no tienen nada que ver con la producción de alimentos. Por otra parte, se ha desdeñado la semilla de algodón para la extracción de aceite combustible (pese a que su principal uso es para cocina y fabricación de grasas y mantecas).
Y dado que la Fao ya ha advertido la elevación de los precios de los alimentos y las consecuencias negativas en sociedades vulnerables, es de tener en cuenta esta alternativa. ¿Se deberá seguir, o no?
Tuesday, April 15, 2008
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