Leyendo recientemente sobre algunas investigaciones sobre alimentación, encontré dos artículos interesantes:
Se ha encontrado nuevos resultados con relación al OMEGA-3. La Dra. Madeleine Portwood encontró, en un estudio con 120 estudiantes en Oxford, que al proporcionarsele Omega-3 en su dieta mejoraron sensiblemente en su capacidad de concentración. Lo interesante, por otra parte, es que el Omega-3 también tiene la capacidad de inhibir los efectos de los trans-, que ocurren en los ácidos grasos saturados por hidrogenación. El Omega-3, por cierto, es uno de los componentes del aceite de pescado que permite que el pez de los mares polares pueda mantenerse vivo y coleando sin que se le congele la sangre, pese a las temperaturas muy frías de esas zonas.
Anthony Almada dice que uno de los ácidos en que hay que fijarse es en ácido acético. Dicho ácido estimula los receptores del sabor amargo de la lengua, además de producirse dentro del metabolismo celular.
El consumo de vinagre, según Almada, favorece a la respuesta del metabolismo a los problemas de diábetes tipo 2. Sobre todo si el vinagre tiene como origen el vino rojo o el jugo de uva (dependiendo del tipo de proceso fermentativo con el que se obtenga). Almada menciona a Takahara A, et. al (2005), que estudió y encontró los efectos vasodilatadores de este tipo de vinagre, en conjunto con el óxido nítrico.
El hecho es que el vinagre de vino rojo o de jugos de uva contiene, además, muchos compuestos fenólicos, que actúan como poderosos antioxidantes para nuestras células, según el artículo de Almada. Este estudio, por otra parte, no demerita otros tipos de vinagre, pues el estudio se enfocó con el vinagre de vino rojo o el de uva.
Mi recomendación, evitemos vinagres que no sean naturales.
Saturday, July 30, 2005
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