Gases embarazosos

El efecto invernadero es producto básico de la producción excesiva de bióxido de carbono y otros gases. Dicho efecto, por otro lado, ha contribuido a que la tierra, en miles o millones de años, haya desarrollado la vida, por el mantenimiento de la temperatura sobre la superficie de la tierra. Gran parte del bióxido de carbono fue producido por las emanaciones gaseosas de los animales que habitan la tierra, incluyendo al hombre, por supuesto.

Hablar de gases estomacales, sin embargo, es muy delicado a tal grado que se considera de mal gusto el hacerlo. Pero, para ser sincero, es conveniente hablar sobre el origen de dichos gases y cómo "controlarlos". Los médicos de Mayo Clinic reconocen que la producción de gases estomacales es algo natural y que no debe verse de otra forma. Claro, en ocasiones nos pueden hacer vergüenza y, desde luego, son objetos de una gran cantidad de chascarrillos.

Un cambio en la dieta puede ayudar a reducir la formación de gases, aunque no a eliminarlos. Por ejemplo, la leche es uno de los alimentos más comunes en la formación de gases, por su contenido de lactosa. Algunos vegetales, como la cebolla, la zanahoria, el brócoli, la colifror y legumbres (frijoes y guisantes) también son productores de gases.

Las frutas dulces, con un contenido alto de azúcar son también causa de gases: bananas, manzanas, uvas. Inclusive la fibra en exceso puede producir gases. También se producen gases al consumir comida grasienta y algunas salsas para carne. Y, por supuesto, el consumo de bebidas carbonatadas también producen gases.

Es casi imposible que no haya producción de gases con el consumo de los alimentos. La transformación de éstos en nutrientes pasan a través de transformaciones químicas que producen gases.