Los niños físicamente activos tienen menos problemas de adquirir una enfermedad crónica, como catarros, alergias, etc. El ejercicio reduce el riesgo de que adquieran una enfermedad como el cáncer, la diabetes, problemas cardíacos, obesidad e hipertensión. Además, les ayuda a aumentar su amor propio, su autoestima.
Pero una cosa importante, para fomentar el amor al ejercicio en los niños, es que los padres también hagan ejercicio y compartan dicha actividad. No solamente debe decirse a los niños que el ejercicio es divertido, porque lo es, sino participar en dicha diversión con ellos.
Se recomienda que los niños tengan una actividad física de unos 60 minutos, como tiempo mínimo para que el ejercicio tenga un efecto benéfico a su salud. Pero este ejercicio debe ser vigoroso, suave y moderado en diversas proporiciones. Además, debe fomentarse a que desarrollen sus habilidades al aprender natación, ciclismo y otras actividades que puedan desarrollar su sentido de coordinación, o su sentido de equilibrio, entre otros.
Un niño puede comenzar a ejercitarse a una edad tan temprana como los seis años. Pero el ejercicio debe regularse, de tal forma que no exija fuerza ni que sea peligroso. Para sus huesos y músculos. Es importante que antes de iniciar un programa de ejercicio se busque la asesoría de un médico especializado en medicina deportiva o alguien que tenga experiencia comprobada en este tema.
Una cosa importante es que se le de una especial atención a la nutrición de los niños. Esta debe contener todos los nutrientes necesarios diarios, de tal forma que el ejercicio sea un complemento, junto a su nutrición, para una vida más sana, saludable y alegre.
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