Wednesday, April 30, 2008

Vampiros

Lo que me gustaba de los libros sobre vampiros es que limitaban el ámbito de actuación de ellos a determinados ambientes: solamente podían viajar de noche; no podían cruzar ríos o canales con agua; no podían entrar en ninguna habitación si no eran invitados expresamente a hacerlo; le temían a la cruz; podían ser exterminados con una estaca de madera, clavada en el corazón; se podían convertir en un animal, vampiros, sobre todo; no se reflejaban en los espejos; podían subir paredes arrastrándose; en fin, una serie de límites y poderes sobre los cuales se construía una historia.

La mejor historia sobre vampiros es Drácula, de Bram Stoker. No solo la historia es entretenida, sino que se puede encontrar en ella todos los temores de la época. Inclusive si hacemos el paralelo con la situación actual anti-inmigrante que se vive en los Estados Unidos: los inmigrantes son peligrosos. En la época en que se publicó Drácula había una ola de inmigrantes hacia Londres, sobre todo de países con pobre economía.

Pero los vampiros han evolucionado. Ahora ya pueden salir de día, tienen grandes capacidades intelectuales que les permite jugar con la genética, se han vuelto agnósticos como mínimo y ya no le temen a la cruz. Y ya gustan del ajo, de tal forma que pueden comer de todo en cualquier parte, para disfrazar su condición de vampiros.

Ya las historias no dan miedo y se juega con efectos especiales, en el cine, para producir el sobresalto al expectador. Simplemente salen volando, expulsando su sangre en toda la sala del teatro...

Hay algunos mitos sobre los vampiros que siempre sorprenden. Por ejemplo, se dice que si se tira maíz en la tumba de un vampiro, éste no saldrá de ella durante las noches, pues perderá su tiempo al intentar cuantos granos de maíz hay junto a él.

Es curioso que el mito del vampirismo continúe vivo. Y se trate también de encontrar el fenómeno que explique el mismo. En 1963, en Inglaterra, se anunció que el vampiro (y los hombres lobos) es producto de una patología genético: porfiria. Esta es una enfermedad muy rara. Los que la poseen no producen glóbulos rojos y su sangre carece de oxígeno y de hierro, facilitando que la hemoglobina se dañe con los rayos del sol. El ajo también es dañiño a las personas con dicha enfermedad, por las reacciones que se generan al ingerirlo. Lo cierto es que por dicha enfermedad los historiadores y arqueólogos han determinado que, en la Edad Media, se colgaron a varios enfermos. Se encontraron sus restos con las manos atadas, la cabeza cortada y con una estaca en el área del corazón... ah! tiempos!

No comments: