Desde el espacio, nuestro planeta tierra, debería llamarse el planeta acuoso. Dos tercios de su superficie lo componen sus mares y océanos. La superficie terrestre es poca y la vida en el planeta ocupa todos los espacios del globo, inclusive en sus polos.
Pero, como hemos puesto en el titulo de este comentario, y a pesar de que vemos agua en todo el planeta, ésta es un elemento bastante raro. Y en varios sentidos. Uno de ellos, el físico químico. El agua no sigue la tendencia que se supone debería seguir, si uno estudia su composición química. Tiene una capacidad calorífica muy grande y, por ello mismo, ha sido una de las causas que ha permitido que nuestro planeta tenga una temperatura bastante estable. Además, es un solvente muy poderoso. Y, por ello, lo hemos contaminado escandalosamente.
Pero lo más raro, o como dice Rob Zaretsky, Profesor Asociado de la Universidad de Houston, es que el agua no está repartida con justicia en el mundo. Para ilustrarnos nos dice que la Canadá, por ejemplo, tiene mas agua que China, a pesar que hay cuarenta veces más personas viviendo en China que en Canadá. Aún más, la India tiene menos acceso al agua potable que la mayor parte de los países de la tierra. Por esa misma circunstancia nos dice que el Ministro del Agua de India se llama a sí mismo, Ministro de Conflicto de Aguas, pues el problema se ha vuelto tan crítico que ocurren con mucha frecuencia problemas relacionados al agua.
Lo triste del caso es que, en nuestros países, y más específicamente en El Salvador, también tenemos la misma actitud que Zaretsky menciona: vemos al agua como un recurso barato porque está en todas partes: ríos, lluvia, mares ... No le damos la importancia que merece, a pesar que estamos en frente de una grave crisis.
Desde hace más de veinte años se han hecho estudios sobre el agua. Se han inventariado sus pozos, se ha monitoreado su calidad, tanto en el agua subterránea como en el agua superficial. Desde ese tiempo se pudo observar que el agua estaba contaminada. Por ejemplo, en un estudio en el que participé se encontró que solo tres ríos no presentaban signos de contaminación por la actividad del ser humano (sin contar con los ríos que estaban en las zonas conflictivas de esa época, pues era imposible llegar a monitorearlos): el río Jupula, el río Nunuapa y el río San Francisco (en la parte alta de su cuenca). Los dos primeros son de Chalatenango, cerca del pueblo La Palma. El último, en la zona del bosque El Imposible. Tanto sus análisis físico químico y bactereológico resultó impresionantes, sin trazas de contaminación, también su análisis hidrobiológico resultó sorprendente: los "animalitos" encontrados solo pueden subsistir en aguas ricas en oxígeno, signo de que no hay demanda por sustancias en descomposición, que es lo que caracteriza al agua contaminada.
La deforestación de nuestro territorio (nos jactamos que somos un país muy deforestado y nos comparamos con Haití ) está acabando con nuestros mantos acuíferos, banco potencial de nuestro recurso hídrico. Pero también estamos haciendo uso, y contaminando, nuestra agua, sin darle ningún tratamiento que nos permita renovar, en calidad y cantidad nuestro recurso. De nada nos sirve estar hablando de llevar agua (potable, por cañería) a comunidades de escaso recurso, si no se hace nada por tratar de mejorar la calidad del agua que devolvemos a los ríos. Con esta forma de actuar demostramos la poca conciencia que tenemos de nuestro estar en nuestro planeta.
Se dice que Beijing tiene el mismo problema de la ciudad de México. La extracción del agua subterránea en su área urbana ha estado hundiendo ambas ciudades unos cuantos centímetros por año. Nosotros extraemos agua de nuestro suelo, que se nutre de la zona de recarga conocida como El Espino. Además, otra parte nos viene del río Lempa. Pero se está deforestando El Espino en una forma que asusta. Mientras, el agua del Río Lempa , que viene contaminada desde su cuenca superior, depende de la recarga que los bosques a lo largo de su cuenca alta le suministren. Pero también sabemos que se está desforestando estos bosques.
¿Estaremos todavía a tiempo de resolver nuestros problemas con el agua?
Pero, como hemos puesto en el titulo de este comentario, y a pesar de que vemos agua en todo el planeta, ésta es un elemento bastante raro. Y en varios sentidos. Uno de ellos, el físico químico. El agua no sigue la tendencia que se supone debería seguir, si uno estudia su composición química. Tiene una capacidad calorífica muy grande y, por ello mismo, ha sido una de las causas que ha permitido que nuestro planeta tenga una temperatura bastante estable. Además, es un solvente muy poderoso. Y, por ello, lo hemos contaminado escandalosamente.
Pero lo más raro, o como dice Rob Zaretsky, Profesor Asociado de la Universidad de Houston, es que el agua no está repartida con justicia en el mundo. Para ilustrarnos nos dice que la Canadá, por ejemplo, tiene mas agua que China, a pesar que hay cuarenta veces más personas viviendo en China que en Canadá. Aún más, la India tiene menos acceso al agua potable que la mayor parte de los países de la tierra. Por esa misma circunstancia nos dice que el Ministro del Agua de India se llama a sí mismo, Ministro de Conflicto de Aguas, pues el problema se ha vuelto tan crítico que ocurren con mucha frecuencia problemas relacionados al agua.
Lo triste del caso es que, en nuestros países, y más específicamente en El Salvador, también tenemos la misma actitud que Zaretsky menciona: vemos al agua como un recurso barato porque está en todas partes: ríos, lluvia, mares ... No le damos la importancia que merece, a pesar que estamos en frente de una grave crisis.
Desde hace más de veinte años se han hecho estudios sobre el agua. Se han inventariado sus pozos, se ha monitoreado su calidad, tanto en el agua subterránea como en el agua superficial. Desde ese tiempo se pudo observar que el agua estaba contaminada. Por ejemplo, en un estudio en el que participé se encontró que solo tres ríos no presentaban signos de contaminación por la actividad del ser humano (sin contar con los ríos que estaban en las zonas conflictivas de esa época, pues era imposible llegar a monitorearlos): el río Jupula, el río Nunuapa y el río San Francisco (en la parte alta de su cuenca). Los dos primeros son de Chalatenango, cerca del pueblo La Palma. El último, en la zona del bosque El Imposible. Tanto sus análisis físico químico y bactereológico resultó impresionantes, sin trazas de contaminación, también su análisis hidrobiológico resultó sorprendente: los "animalitos" encontrados solo pueden subsistir en aguas ricas en oxígeno, signo de que no hay demanda por sustancias en descomposición, que es lo que caracteriza al agua contaminada.
La deforestación de nuestro territorio (nos jactamos que somos un país muy deforestado y nos comparamos con Haití ) está acabando con nuestros mantos acuíferos, banco potencial de nuestro recurso hídrico. Pero también estamos haciendo uso, y contaminando, nuestra agua, sin darle ningún tratamiento que nos permita renovar, en calidad y cantidad nuestro recurso. De nada nos sirve estar hablando de llevar agua (potable, por cañería) a comunidades de escaso recurso, si no se hace nada por tratar de mejorar la calidad del agua que devolvemos a los ríos. Con esta forma de actuar demostramos la poca conciencia que tenemos de nuestro estar en nuestro planeta.
Se dice que Beijing tiene el mismo problema de la ciudad de México. La extracción del agua subterránea en su área urbana ha estado hundiendo ambas ciudades unos cuantos centímetros por año. Nosotros extraemos agua de nuestro suelo, que se nutre de la zona de recarga conocida como El Espino. Además, otra parte nos viene del río Lempa. Pero se está deforestando El Espino en una forma que asusta. Mientras, el agua del Río Lempa , que viene contaminada desde su cuenca superior, depende de la recarga que los bosques a lo largo de su cuenca alta le suministren. Pero también sabemos que se está desforestando estos bosques.
¿Estaremos todavía a tiempo de resolver nuestros problemas con el agua?
1 comment:
Well written article.
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