Socrates

La cultura griega es uno de los fundamentos sobre la que se basa la civilización occidental. Al menos es lo que nos han enseñado. Sin embargo, pese a que se supone que son las bases, no son plenamente entendidas. Para muestra un botoncito: "Solo sé que no sé nada", es la frase famosa de Sócrates. Y, leyendo los comentarios que se hacen de esta frase uno puede comprender la ignorancia que nos separa de este gran pensador.

Por ejemplo, encuentro que un comentarista de un periódico dice que la tan famosa frase, en primer lugar, nunca lo impresionó. Luego dice que esta frase no dice nada, a pesar de que los que él llama pseudofilósofos, la mencionan con mucha seriedad. Incluso se atreve a penetrar en la psicología del griego, era falsa modestia, nos dice.

Otro comentarista se mete en lo que ahora podemos calificar como cantinfleada: no se nada, dice, significa que sabía algo, pues esta frase es igual a decir que "no hay nadie", pues si hubiera nadie, no habría ninguna persona. Ni Cantinflas, podemos asegurar, entendería este razonamiento.

Sócrates no era un tonto. Era un sabio y vivió, y murió, como un sabio. El hecho de que haya dicho que él sabía que no sabía nada no era por hacer un juego de palabras, sino para indicar, con la ironía, su condición en comparación con la de sus conciudadanos.

Hay que recordar que los griegos construyeron una civilización y cultura muy elaborada, en la que se incluía la adivinación. De Sócrates el oráculo de Delfos dijo que era el hombre más sabio entre los hombres. Sócrates no lo creyó, comenzando a buscar entre sus conciudadanos un hombre más sabio que él. Encontró que los griegos de la época no eran tontos, pero solo sabían lo que para ellos era lo más importante. No sabían más de lo que a ellos mismos les competía. en lo demás, eran ignorantes. Lo triste es que la ignorancia de ellos era trágica (como la nosotros, no hay que sacar conclusiones todavía): no sabían que eran ignorantes.

Por ello, Sócrates concluyó que efectivamente él era el hombre más sabio, pero por una sola razón: sabía que era ignorante en muchas cosas, al contrario de todos sus compatriotas. Por ello se atrevió a llamarse a sí mismo ignorante: "Solo sé que no sé nada".