Uno de los animales que me agrada es el gorila. Me gusta porque es un animal pacífico, a pesar de que puede expresarse de forma violenta cuando es necesario. De hecho, es un animal poderoso, por su peso y por su constitución. Pero, por los estudios realizados, se sabe que es uno de los animales más pacíficos entre los mamímeros.
Una de las imágenes, que ser forman en mi mente, es de los gorilas cuando están degustando hojas en medio del bosque. Se me hace la forma más pacífica para comer y compartir con la familia de gorilas. Claro, y no lo dudo, entre ellos ha de haber algo de violencia: lucha de jerarquías, enojos, etc. Pero es natural.
Y comento esto porque, como parientes cercanos, separados por varios millones de años de evolución, ellos comen como deberíamos comer todavía: hojas frescas, frutas frescas, nada cocido, incluyendo la carne. De hecho, ya en 1930, el Dr. Paul Kouchakoff, en Suiza, encontró que el comer los alimentos alterados con el cocimiento, el organismo reacciona como si estuviera combatiendo elementos extraños. Los niveles de células blancas se elevan, por lo que se supone que el cuerpo termina de procesar los alimentos con un gran estrés por consecuencia. No sucede lo mismo cuando se comen los alimentos sin procesar.
Claro, no se puede cambiar la forma de comer. Nos hemos habituado a comer alimentos cocinados. Inclusive, ya comemos mayoritariamente alimentos procesados industrialmente, que llevan una cantidad de pasos en los que el calor juega una parte importante en su elaboración. En vista de ello, difícilmente podríamos cambiar la forma en que nos alimentamos. Lo único que nos queda es o volvernos vegetarianos o agregar más vegetales sin cocerlos a nuestra dieta. Pero hay que agregar que los vegetales deben lavarse adecuadamente. De esta forma nos aseguraremos de que eliminamos contaminantes de nuestros alimentos.
Una de las imágenes, que ser forman en mi mente, es de los gorilas cuando están degustando hojas en medio del bosque. Se me hace la forma más pacífica para comer y compartir con la familia de gorilas. Claro, y no lo dudo, entre ellos ha de haber algo de violencia: lucha de jerarquías, enojos, etc. Pero es natural.
Y comento esto porque, como parientes cercanos, separados por varios millones de años de evolución, ellos comen como deberíamos comer todavía: hojas frescas, frutas frescas, nada cocido, incluyendo la carne. De hecho, ya en 1930, el Dr. Paul Kouchakoff, en Suiza, encontró que el comer los alimentos alterados con el cocimiento, el organismo reacciona como si estuviera combatiendo elementos extraños. Los niveles de células blancas se elevan, por lo que se supone que el cuerpo termina de procesar los alimentos con un gran estrés por consecuencia. No sucede lo mismo cuando se comen los alimentos sin procesar.
Claro, no se puede cambiar la forma de comer. Nos hemos habituado a comer alimentos cocinados. Inclusive, ya comemos mayoritariamente alimentos procesados industrialmente, que llevan una cantidad de pasos en los que el calor juega una parte importante en su elaboración. En vista de ello, difícilmente podríamos cambiar la forma en que nos alimentamos. Lo único que nos queda es o volvernos vegetarianos o agregar más vegetales sin cocerlos a nuestra dieta. Pero hay que agregar que los vegetales deben lavarse adecuadamente. De esta forma nos aseguraremos de que eliminamos contaminantes de nuestros alimentos.
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