Control de Peso: sabiduría china

Los doctores en la antigua china establecieron una prioridad de profilaxis de las emfermedades. Así comienza un artículo en Pravda de un día del 2003. Según este reportaje, para aquellos que desean controlar su peso deben estudiar su propio organismo. Según los antiguos chinos un ser humano saludable (sea hombre o mujer)no puede ganar peso. Pero un organismo solo puede estar saludable si el ser humano vive de acuerdo con las peculiaridades individuales del organismo.
La pregunta lógica, después de haber leído lo anterior es: ¿Cuáles son las peculiaridades del organismo? Para los antiguos chinos todos nacemos con un órgano clave y alrededor de éste órgano gira nuestro organismo como un todo. Parecido a lo que los astrólogos definen como nuestro órgano más debil (en el caso de los Libras serían los riñones, aunque nunca he tenido problemas serios con éstos, pues soy Libra). Además, cada órgano tiene su otra mitad, así como cada hombre tiene su mujer. De esta forma, el corazón tiene como pareja al intestino delgado, el hígado con el aparato urinario. Y, para mantener una profilaxis adecuada, debe tenerse en cuenta estas alianzas. Claro, para esta reflexión, los datos que estoy dando son muy pocos, puesto que no soy experto en medicina antigua china.
Para un tratamiento efectivo de una enfermedad, debe conocerse las peculiaridades de cada persona, aplicar las hierbas que son necesarias, a las horas que pueden ser absorbidas completamente, de tal manera que se reestablezca el equilibrio natural que debe existir entre los organismos.
Realmente deberíamos conocer nuestros propios organismos. Es un deber para cada uno, aunque no sepamos las correlaciones entre un órgano clave con otros. Lo importante es que al conocer nuestro organismo podemos comenzar a nutrirlo en forma adecuada. Sabemos, por experiencias tras experiencias, que no debemos focalizarnos en bajar de peso, sino por el contrario, en nutrirnos adecuadamente. Para los antiguos chinos, recordemos, un cuerpo sano no engorda. O, dicho en otras palabras, un cuerpo bien nutrido, no engorda.