Friday, October 14, 2005

Fumando espero... la muerte


Lo cierto es me sorprendí caminando atrás de un tipo con paso cansino y un cigarro en la mano. Al alcanzarlo vi su rostro maduro, cansado y triste. No soy de los que hablan con la gente desconocida, por lo que no dije nada. Quería gritarle que dejara el cigarro, aún si lo fumaba en la calle, no solo me ofendía, sino que ponía en peligro la vida mía y de la gente que pasaba por los alrededores. Pero, me dije, no resuelvo nada.

Ni mucho menos si con cortesía le explico que el cigarro es dañino para la salud. Es que la propaganda es más poderosa que la razón. Lástima.

Hace unos dias leía una información en la que se decía que las células cancerosas no gustaban del oxígeno y que metabolizaban el azúcar, en un proceso fermentativo, para obtener la energía que necesitaban. Esto hacía una cascada de eventos en los que las proteínas se convertían en azúcares, debilitando todo el organismo humano, pues lo lógico es que sean los carbohidratos y las grasas las que se conviertan en azúcar y no las proteínas.

Si esto es así, lo lógico es mantener un nivel de oxígeno normal y mínimo, dentro del torrente sanguíneo, para evitar que las células del cáncer crezcan. El oxígeno, decía el artículo, inhibe el crecimiento de las células cancerosas. Y citaban al premio Nobel Otto Warburg, quien decía que el azúcar era alimento para el cáncer. Al sentir el olor del cigarro del tipo que caminaba adelante mío y ver posteriormente su rostro no dejé de sentir lástima. Fumaba ... esperando la muerte.

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