Recientemente comentaba sobre las bondades del chile, que quema nuestra boca, pero ayuda a la lucha contra el cáncer. Ahora he estado leyendo un poco sobre el Omega-3, el ácido graso que viene en el aceite de pescado de zonas frías, aunque se puede encontrar en la linaza también.
Se dice que en estos últimos años se ha incrementado el cáncer en la próstata en una forma alarmante. Claro, cuando vamos para viejos, más estamos alarmados, no? Y no podemos sentirnos más que alarmados cuando los investigadores en la materia nos dicen que el Omega-6, que forma parte de otros ácidos grasos que se encuentran en otros aceites, promueve el crecimiento de las células cancerígenas, pues de este tipo de aceite extraen su energía. Pero el Omega-3 previene el mismo crecimiento y, según Mick Brown, del Instituto Paterson contra el cáncer, no se necesita consumir grandes cantidades para prevenir y combatir el cáncer de próstata.
El riesgo que existe con el consumo de aceite de pescado es que los mares se encuentran contaminados. Y de ello están conscientes los investigadores. Para comenzar tenemos el mercurio, las dioxinas y los PCB, muy peligrosos para las mujeres embarazadas, que pueden dañar a sus bebés.
Por tal motivo, y siguiendo la tendencia actual de los alimentos funcionales, ya existen en el mercado muchos productos con Omega-3, incluyendo yogurt, al cual se le agrega el aceite en forma encapsulada, para evitar el olor a pescado. Solo en el mercado europeo se estima que el mercado de Omega-3 anda del orden de los 160 millones de euros anuales y, según Frost and Sullivan, consultores de mercados británicos, este mercado crecerá en un 8 por ciento hacia el año 2110.
Wednesday, March 22, 2006
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