Wednesday, March 15, 2006

El Chile, la Sal y la Salud

La industria de los alimentos tiene un ojo puesto en el dinero y un ojo puesto en las nuevas investigaciones que puedan hacer más rentables sus negocios. La gente tiene un ojo puesto en las investigaciones y otro en su propio bolsillo, tratando de obtener más beneficios con menos dinero. Los investigadores también están en este juego, estudiando y viendo nuevas posibilidades de brindar a los consumidores mejores nutrimentos y generar, a los productores y comerciantes, nuevas ganancias.

Con ello, pareciera que ganamos todos. Lo cierto es que vale la pena estar atento a todas las nuevas investigaciones hechas en todo el mundo. Con ello estaremos consumiendo mejor calidad de alimento y obtendremos mejor bienestar.

En una revista sobre la industria de alimentos encontré algo que quiero compartir con los lectores, además de hacer algunos comentarios personales. Hace más de tres décadas me gustó un librito de comics de Rius: "La Panza es lo Primero". En este librito se hablaba del chile y se decía, con ese estilo muy particular del caricaturista, que estaba atacando uno de los alimentos sagrados del mexicano. Decía que el chile era malo para el estómago y otras cosas más. Ahora, en cambio, a través de nuevas investigaciones científicas, se ha demostrado que es todo lo contrario. Es benefecioso.

Inclusive, recientes estudios sobre el cáncer, se ha encontrado que el chile puede detener el crecimiento de células cancerígenas en la próstata. Este estudio reciente fue realizado pro Akio Mori y puede verse listado en la publicación que hace el Cancer Research. No hay razón para poner en duda estos descubrimientos con enormes implicaciones en la industria de los alimentos, sobre todo en aquellos funcionales, y en la salud de los consumidores. Es que el chile, con su contenido de capseína, no causa gastritis, como se ha acostumbrado a decir. Es una mala nutrición la que causa la gastritis, el desbalance ácido lo que induce la aparición de la gastritis y, sobre todo, la existencia de aquella famosa bacteria (que no menciono porque no recuerdo como se llama, pero de la que ya hemos hablado en otros artículos). Por mi parte, yo consumo chile, bastante. Me gusta, pero no lo consumo como lo hacen los mejicanos que a la comida con mole (que lleva mucho picante) le agregan más chile.

Otro artículo que leí recientemente es los nuevos tipos de sal que están apareciendo en el mercado. La sal proporciona una base a los sabores de las comidas y mucha gente le gusta agregar sal a sus platos. El salvadoreño, por cierto, pide sal y le pone sal a sus platos aún antes de haberlos probado. Además de darle sabor, también tiene otros efectos que pueden ser dañinos. Uno de ellos es que sube la presión arterial. Otro, que retiene el agua.

Para evitar estos efectos, la nueva sal tiene mayor contenido de potasio que de sodio (la sal común es cloruro de sodio, por cierto). Esto abre nuevas posibilidades en un mercado que ha caído desde los 23 a los 20 millones de dólares en estos dos últimos años. Lo interesante, y que es nuevo para mi, es saber que los chinos, con su dieta rica en vegetales, sufren de muchos problemas relacionados con el consumo de sal.

Herbalife utiliza un tipo de sal similar. Y lo digo porque la formulación de la nueva sal no se ha publicado, según Bruce Neal del The George Institute de la división cardíaca y renal. Herbalife la utiliza con los snacks de granos soya, que por cierto, son muy apetecibles.

Chile y Sal, dos ingredientes que son importantes en nuestra dieta. Pero, en lo personal, prefiero el comer con chile que comer con sal.

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