
Peter Dingle, un toxicologista nutricional de la Universidad de Murdoch, Australia, dice que con los alimentos que consumen nuestros hijos (se aplica ésto a Australia y al resto del mundo), los estamos condenando a que sufran de diversas enfermedades en su adultez. Y puntualiza uno de los aspectos coincidentes con lo que ya he mencionado: la cantidad de cloruro de sodio en los alimentos procesados es excesiva (Ver).

Lo que más me llamó la atención de sus declaraciones es que Dingle afirma que algunos edulcorantes en los productos dietéticos solamente contienen bajas calorías, pero estimulan el apetito. Entre los que menciona está el Aspartame, que es un neuro-estimulante asociado con la estimulación del apetito. Por lo general, los productos dietéticos no tienen efecto en lo que se podría decir es la sensación de llenura, puesto que ésta se asocia a diversas sensaciones como textura y sabor. Si no se tienen, uno no puede sentirse satisfecho, por lo que es fácil seguir consumiendo alimentos hasta llegar a obtener dicha sensación de llenura.
Por otra parte, dice Dingle, el hecho de consumir productos dietéticos nos hace sentir que estamos haciendo algo bueno con nuestra salud y nos predispone a comer más de la cuenta.
Lo cierto es que, ya lo he mencionado en otros pasajes del blog, uno de los principales problemas al momento de asumir una dieta, es el desconocimiento de nuestro propio cuerpo. Esta ignorancia nos hace creer que un producto, o una dieta, controlarán un metabolismo que es mucho más complejo que todos los procesos involucrados en la creación de los productos dietéticos o de la elaboración de la dieta más creativa.
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