Ejercicio y dietas

Para comenzar, un pequeño y tonto chascarrío:

Una dama encopetada fue a consultar a una Nutricionista que, como parte de su mercadeo, ofrecía las dietas más extravagantes y las de muy de última moda.
La Nutricionista le dijo: "Tengo la mejor dieta del momento para Usted, pero tiene que seguirla al pie de la letra, puesto que solo así es eficaz. Le prometo que si la sigue, Usted bajará cinco libras en dos semanas"
La Dama se entusiasmó mucho y le prometió seguir al pie de la letra la dieta prometida.
"Comenzando desde mañana", le dijo la Nutricionista, "como normalmente. Ese será su primer día de la dieta. El segundo, coma normalmente. Salte el tercero y coma normalmente el cuarto y el quinto día, para saltar el sexto, y así, siga hasta completar las dos semanas. Venga a verme dentro de quince días y verá que ha rebajado cinco libras"
La Dama se retiró entusiasmada. Pasaron los quince días y regresó. Al pesarla, la Nutricionista exclamó sorprendida: "¡Treinta libras menos! Me parece que la dieta fue un éxito, no es cierto?"
La Dama respondió: "Si, pero el primer día que pasé saltando casi me muero del cansancio. Ahora ya resisto saltar todo el día".

Como decimos aquí: ¡Qué chiste más bayunco! Yo lo encuentro gracioso, pero me deja una verdad. El ejercicio en si debería bastar para mantener controlado nuestro peso. La vida sedentaria y el bajo consumo de las calorías consumidas es lo que hace que engordemos. Es un simple principio de la ley de la conservación de la materia y del balance de materia en un sistema: Todo lo que entra es igual a todo lo que sale de un sistema de control, más lo acumulado. La acumulación es la grasa, al no quemar la energía que consumimos en los alimentos.