La piel es el órgano que menos cuidamos. Y es uno de los más importantes. Basta saber que cuando alguien tiene quemaduras de tercer grado en una gran extensión del cuerpo, el metabolismo del cuerpo se torna crítico. Y, si no se tienen los equipos y sistemas de sobrevivencia necesarios para mantener lejos el medio ambiente, la persona puede fallecer en poco tiempo. El metabolismo, no solo por el mismo estrés de la quemadura, sino porque el cuerpo no tiene la protección necesaria para mantener el equilibrio adecuado, se incrementa en tres o cuatro veces más.
Pero normalmente no cuidamos nuestra piel. Algunos especialistas consideran que hay que hay que la zona más crítica de la piel se encuentra en la cara. El resto lo cuidamos con la vestimenta. Y dan consejos como el de limpiar la cara al menos dos veces al día. Pero no se debe exceder, puesto que puede perderse algunas características que tiene la piel. Inclusive, la deshidratación de la epidermis puede aumentarse y dañar el tejido.
La piel, a medida que envejecemos, se hace más reseca y se debe tener mucho cuidado con el uso de cualquier jabón, crema o loción facial que quisieramos utilizar. Muchas veces los fabricantes de estos productos no tienen una idea clara del cuidado de la piel y utilizan formulaciones estándares que no pueden ser tan efectivas para ciertos tipos de casos con relación a la piel.
La piel no solo es un tejido que sostiene músculos y otros órganos dentro de nuestro cuerpo, sino que también realiza funciones y necesita renovarse continuamente. Para ello, la piel debe nutrirse. Esta nutrición también debe buscarse en forma externa, a través de lociones y cremas que puedan hacerlo.
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