Wednesday, September 13, 2006

Siete Pecados Capitales

El Dr. Nicolas Perricone, en un artículo reciente habla sobre los siete pecados mortals que se comenten en el trato de nuestra piel. Recordemos que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y representa una protección para todo nuestro cuerpo. La expresión más clara de este organismo es nuestro rostro y tiene cierta lógica el hecho de que tratemos de proteger nuestra piel en esa zona. El vestido y la ropa interior protegen el resto de nuestra piel.

Repasando los pecados que el Dr. Perricone menciona, tenemos:

1. Dietas pro-inflamatorias. En blogs anteriores he mencionado algunos alimentos que pueden mejorar nuestra piel, sobre todo de aquellos que tienen compuestos específicos como la quitina. Ahora bien, la mayor parte de nuestra dieta no consiste en alimentos anti-infamatorios, sino al contrario. Los alimentos pro-inflamatorios son aquellos que tienen una respuesta glicérima alta en el cuerpo. Entre estos encontramos aquellos productos con mucha azúcar y muchas harinas (o mejor dicho, el consumo de ‘mucho’ alimento de ese tipo). Este tipo de alimento, sobre todo la comida chatarra, es la que produce una respuesta corporal bastante negative, mostrándose en nuestra piel, envejeciéndola prematuramente. Obviamente, lo lógico es evitar este tipo de comidas.

2. Exposición excesiva al sol. El sol, el padre sol, el dador de luz y de vida en nuestro planeta también puede dañarnos al exponernos a su energía creadora. Es indispensable y muy importante para que nuestro cuerpo absorba la vitamina D y para que, en conjunto con esta vitamina, absorba calcio y mantener sanos nuestros huesos. Pero, exponernos al sol puede ocasionar algunos daños, como:

• Pérdida de elasticidad de la piel.
• Sequedad en la piel
• Manchas en la piel
• Cáncer en la piel

3. Estrés: Según el Dr. Perricone, el estrés es una fuerza bastante más poderosa que cualquier otro alimento que pueda inflamar nuestra piel. Sus efectos van hacia las hormonas de nuestro cuerpo. El estrés, además, tiene implicaciones en otros ámbitos de nuestra salud corporal y mental, lo cual se evidencia en nuestro rostro y nuestra piel. Difícilmente encontraremos una persona con estrés que nos de una sensación de serenidad. Un rostro cuidado y sano, en cambio, nos puede dar esa sensación.
El esters causa la liberación del Cortisol, que es tóxico en cantidades mayores a las que normalmente deben circular en nuestras venas. El cortisol, por otra parte, destruye nuestro sistema inmunológico, decrece nuestra masa muscular y causa que nuestra piel se adelgaze, acelerando el envejecimiento de la piel.

4. Fumar cigarro y exponerse como fumador involuntario: El humo del cigarro daña en gran manera a la piel. Al entrar el humo en los pulmones se producen cerca de un trillón de moléculas de radicales libres, los cuales pueden introducirse en nuestro cuerpo al ser llevados por la sangre que llega a estos órganos vitales. El cigarro roba el oxígeno y los nutrients vitals, incluyendo, dice el Dr. Perricone, la vitamina C, que es importante para la construcción de los tejidos. Un fumador, lo vemos con frecuencia, dificílmente tiene un buen tono en su piel.

5. Alcohol. El alcohol es dañino para nuestra piel debido a los metabolitos que se producen en su consumo. Estos metabolitos son conocidos como aldehidos, que son destructivos del plasma de las células y de otros componentes internos de la misma célula. Por otra parte, al consumir alcohol también se produce una deshidratación, que de no hidratarse adecuadamente, también puede dañar nuestra piel. Esto último, sin embargo, no representaría un problema serio, si se tiene el cuidado de hidratarse adecuadamente, a pesar de bebe alcohol.

6. Carencia de sueño. Este pecado es evidente en aquellas personas que se desvelan, sea por placer o sea porque padecen de insomnio. Al contrario, aquellas personas que duermen bien tienen una apariencia fresca, radiante y juvenil. Hay que saber que una de las hormonas muy importantes que se liberan durante el sueño es la hormona del crecimiento, además de la melatonina y otras más. En el caso de la hormona del crecimiento se puede mencionar que es una de las hormonas que están en la mira de muchos científicos que buscan la fuente de la eterna juventud; es una hormona que se produce en la niñez y en la juventud, pero que casi no se genera en el periodo adulto y en la vejez de los seres humanos. En el sueño, esta hormona se puede liberar.

7. Carencia de ejercicio: El ejercicio es vital para nuestra salud. Además de los efectos fisiológicos benéficos que produce, genera una sensación de bienestar, que se refleja en nuestra piel y en nuestro rostro. Por otra parte, ya hemos dicho en otro escrito en este blog, que el ejercicio permite y facilita la apoptosis de nuestras células, manteniendo un equilibrio de nuestro sistema.

Independientemente que queramos creer en lo que dice el Dr. Perricone o no, lo cierto es que debemos cuidarnos y, siguiendo un camino fuera de estos pecados capitales, mejoraremos nuestra calidad de vida.

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