El problema básico es que este producto químico fácilmente se desprende del plástico si el envase se somete a calentamiento o a la acción de detergentes o líquidos ácidos, lo cual es muy posible, dado los usos que se le da a los envases. Es frecuente, por ejemplo, calentar en un microondas un alimento que hemos guardado en un envase plástico.
En su artículo, Grisanti dice que los estudios sobre el BPA indican que este producto químico imita a los estrógenos. Es decir, y para ponerlo un poco más claro, el BPA puede producir cambios hormonales en los hombres, que por su naturaleza no deben tener estas hormonas en los niveles que los tiene una mujer.

Independientemente que los resultados encontrados con ratones a los que se les ha expuesto al consumo de BPA, Grisanti llama la atención, nos pone una bandera roja en nuestros hábitos, para que evitemos el consumo de nuestros alimentos en envases plásticos.
Los problemas que puede causar el consumo del BPA, entre otros, están:
Hiperactividad, Pubertad temprana, formación alta de grasa, interrupción del ciclo reproductivo, comportamiento sexual anormal, daños estructurales en el cerebro,
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