Desde hace varias semanas no leo ni veo los periódicos ni noticieros en la televisión. Me niego a que me 'perturben' con sus noticias, comentarios; ni a que me manipulen. Desde esas fechas, me parece que soy más objetivo al evaluar cualquier situación o cualquier caso que me presenten o que comente. De hecho, no me gusta discutir con alguien que no tenga información suficiente para que pueda dar un criterio más amplio del problema que estemos tratando.
Pero, ¿por qué estoy hablando de ello? Bueno, mi blog no es sobre política, sino sobre bienestar y sobre nutrición, muy en general. Trata de mantener una serie de temas que pueden interesar a cualquiera; trata de hacer público algunos descubrimientos o comentarios que pueden interesarle a quien se preocupe por el bienestar personal y la salud. Y, en este sentido, quisiera hacer una reflexión sobre la 'epidemia' de la obesidad.
En lo personal me parece que la obesidad es el resultado no solo del estilo de vidad del hombre moderno, sino que tiene que ver con diversos intereses económicos que van desde la industria alimentaria, hasta el negocio de la medicina, pasando por el negocio de los productos funcionales, el de comidas rápida, y todo tipo de negocio relacionado con el bienestar. Se crea un mal, para vender la solución. Claro, no creo que esto se haga de una forma perversa, sino mas bien, de una forma ingenua y estúpida, como estúpida es la raza humana.
El hecho de ser gordo, se nos dice, obedece a diversas razones: se come en demasía, se come mucha grasa, se come muchos carbohidratos, se come de esta u aquella forma. También se han encontrado genes que dan lugar a que la persona engorde, quitándo responsabilidad al gordo de haber llegado a ese estado. Luego, se han creado una serie casi infinita de dietas, algunas muy efectivas y otras, la mayoría, muy creativas pero sin resultados reales. Pero una cosa es segura: la mayor parte de las dietas no sirven para nada, salvo para perder el tiempo y, muchas veces, la salud y los nervios de los que acompañan a la persona a dieta.
Lo mejor, para comenzar, es no pensar en hacer una dieta en especial, si queremos adelgazar. Lo mejor es comenzar a aceptarnos como somos, en estos momentos, con los kilitos de más que tenemos. Lo importante es que, con este reconocimiento, también aclaremos que debemos conocernos a nosotros mismos y no 'darnos garabato', como decimos por acá. Por ejemplo, comemos más de lo debido porque somos glotones y porque no estamos en lo que estamos. Si tenemos hambre, comamos. Hasta saciar el hambre, no más, ni menos tampoco. Basta obedecer este principio. Luego, nuestro organismo se encargará de establecer sus propios lineamientos y su propia actuación. La gordura irá desapareciendo, poco a poco, en términos de meses, pero se hará en forma segura. Mientras, nosotros gozaremos de comer bien y concientemente. Lo cierto es que, observando algunos gordos, éstos comen 'demasiado' y lo hacen inconcientemente. Al menos es lo que he observado cuando veo alguna persona gorda comer.
Lo importante es saborear todo, literalmente todo. Por ejemplo, alguien me comentaba que al comer gnoquis los 'caballeros' deben servirse primero el queso (para rallarlo), luego, las damas. En mi vida había oido esto. Pero me explicó que el queso se sirve primero a los caballeros puesto que la capa superficial está oxidada y que a las 'damas' se les sirve después para que el aroma y sabor del queso sea más fresco.
Al hacer un hábito de esta práctica, y que luego comentaré algunas más, mejoraremos nuestros hábitos de alimentación y mejoraremos nuestro sentido de satisfacción y llenura, lo cual podrá tener un efecto benéfico en el consumo adecuado de calorías, entre otras cosas.
Luego... seguiremos.
Tuesday, August 29, 2006
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