Al decir “estar en forma” nos referimos al hecho de sentirnos bien de salud y que nuestro cuerpo responde adecuadamente a las necesidades que nos exige y demanda nuestro entorno. Si somos boxeadores, por ejemplo, estar en forma significa poder golpear y ser golpeado, sin sufrir los daños de dichos golpes; si trabajamos en una oficina, sentados por más de 8 horas, estar en forma significará que podemos permanecer trabajando durante todo el tiempo que se nos demande, sentados y concentrados en labores que nos exigen; y, si somos maratonistas, estar en forma significará el poder correr durante más de dos horas sin descansar, aunque no podamos resistir, ni dar, golpes como el boxeador, ni resistir estar sentado las mismas horas que el oficinista pasa en su trabajo.
El Dr. Vaughan Thomas, experto en deportes, de Liverpool, en su libro “How to Book of Fitness and Exercise” afirma que hay 6 características de lo que significa estar en forma, sin importar la actividad a la que se dedica una persona y que son:
1. Querer estar vivo y querer funcionar bien, físicamente.
2. Tener la capacidad de hacer o realizar trabajo, en los términos que lo entiende la física.
3. Tener la capacidad de mover el cuerpo, con flexibilidad.
4. Tener la capacidad de realizar tareas físicas con habilidad.
5. Tener la capacidad de moverse con rapidez, con reflejos y velocidad de movimientos.
6. Tener una actitud positiva (el Dr. Thomas lo llama espíritu combativo)
Como se puede apreciar, no se trata de alcanzar el cuerpo de un físico culturista (que no necesariamente tiene la mejor calidad de músculos), o de un boxeador o de un corredor de velocidad. El estar bien tienen que ver con un estado general de la persona. En su libro, el Dr. Thomas se adentra en los ejercicios básicos que deberíamos hacer y hace especial énfasis en la nutrición. Sin esta última, no puede hablarse de que nos podemos mantener en buena condición física. Y sin los ejercicios elementales, tampoco.
El estar bien se irradia desde nuestros propios cuerpos hacia fuera. Nuestros vecinos lo perciben. Unas veces es evidente este estado, otras no, pero de alguna forma, el estar bien, o su estado contrario, se manifiesta.
Lo más importante es que nosotros mismos podamos preguntarnos cómo nos sentimos. No hay nadie más que nos pueda decir si nos sentimos bien o mal. Luego, debemos tomar las decisiones del caso. No hace falta racionalizar mucho, basta preguntarnos: ¿Cómo me siento?¿Me siento bien?¿Me siento mal? ¿Qué debo hacer para sentirme bien?
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