¿Qué se puede decir de la diferencia entre pensar y actuar?. Pongo el ejemplo, una vez más, de aquella persona que no quería tomar café con azúcar, pero lo acompañó con un tremendo pan. O de aquella persona que dice que se cuida, pero todos los días toma soda y come papas fritas. O de aquella persona que dice que todo le cae mal, pero va al menos una vez por semana a comer en un McDonald's o a un Burguer King.
Bueno, lo cierto es que la INTERNATIONAL FOOD INFORMATION COUNCIL (IFIC) FOUNDATION ha publicado un estudio en el que se encuentra que el consumidor promedio, a pesar de tanta información que recibe sobre salud, nutrición y bienestar, se encuentra confundido.
El reporte de la IFIC indica que los consumidores tienen el deseo de cambiar su dieta para obtener una mejor salud. Un 57% de los que fueron consultados, por ejemplo, dijeron que habían hecho cambios en su dieta en los últimos seis meses para mejorar su salud a través de la dieta. Dos tercios de ese grupo había hecho cambios para bajar de peso.
Susan T. Borra, presidente de la fundación IFIC, dice que ellos habían encontrado que mientras los consumidores habían tomado el mensaje de cambiar de dieta y de mejorar su estilo de vida, al poner en práctica algunas recomendaciones, muchos estaban confundidos.
Por ejemplo, dos tercios de los consultados se preocupan de la cantidad y tipos de grasa en sus dietas. Sin embargo, cuando se les preguntó la relación de los diferentes tipos de grasa para el consumo sano, del 30% al 50% respondieron que las grasas no son ni saludables ni dañinas. Cuatro de 10 consultados, sabedores de lo que eran las grasas mono y poliinsaturadas dijeron que eran dañinas a pesar de que hay guías nutricionales para consumir más de este tipo de grasa (estamos hablando de que en Europa y en Estados Unidos se promueve el consumo de este tipo de grasas).
Algunas de las confusiones que encontraron en el estudio incluyen:
* Los consumidores carecen del entendimiento de las calorías y el estado del peso corporal corriente: 9 de 10 consultados no fueron capaces de estimar con exactitud su consumo calórico diario.
* Tres cuartos de los consumidores se consideraban con "sobrepeso", a pesar de que ellos estaban "obesos", basado en su Índice de Masa Corporal real.
* Para los consultados, el gusto y el precio, más que la conveniencia, los induciía a comprar productos alimenticios.
* Solo un tercio de los consumidores cree que la información sobre la salud que ellos reciben es consistente.
Dicho en pocas palabras, hay mucha confusión con relación a la nutrición, la dieta y la salud. Nos miramos al espejo y parecería que no nos viéramos.
Friday, May 05, 2006
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