Cuando hablamos de envases de bebidas nos podemos imaginar dichos envases de cualquier material: cerámico, vidrio, plástico, pvc, etc. También los usamos de tereftalato de polietileno o Pet, que ofrecen una presentación muy impeccable.
Lo interesante de los envases, y es a lo que me refiero en esta pequeña reflexión, es que éstos son llenadas, en muchas ocasiones, cuando el producto está caliente. La razón es simple, reduce el riesgo a que haya organismos patógenos en el mismo producto. Hay que tener en cuenta que el manejo de los envases es un punto crítico de riesgo en la producción de bebidas y con el envasado “en caliente”, se reducen los riesgos.
Normalmente los productos se llenan entre los 83 y 90 grados centígrados. El envase debe ser lo suficientemente fuerte para poder soportar la temperatura sin deformarse ni distorsionarse, de tal forma que al llegar al consumidor, el envase tenga la forma apropiada para su compra y consumo.
Con un envase de vidrio el llenado no debería representar un problema. Pero con envases de otro material, el envase debe resistir el proceso. Ahora existen compañías que han desarrollado materiales que soportan las temperaturas sin mayores problemas, manteniendo las características que los diseñadores de los empaques requieren de todo el producto.
Monday, June 19, 2006
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