Thursday, June 29, 2006

Un poco de manteca y aceite

En la primera mitad del siglo XX, los salvadoreños cocinaban sus alimentos con grasa animal, manteca de cerdo. En esa época también se comenzó a cultivas Algodón, por lo que la semilla se convirtió en un subproducto que habría que aprovechar. Se construyó el primer beneficio de semilla de algodón y la primera planta procesadora de aceite de semilla de algodón, la Fabrica de Aceites Eldorado, que comenzó a producir aceite de algodón embotellado en envases de vidrio.

Pero, ¿Cómo vender aceite en un país en el que la mayoría de las personas consumen manteca y no aceite? El Dr. Parada me explicaba que, cuando él era más joven, trabajaba en una agencia de publicidad que fue contratada para hacer el mercadeo del aceite y cambiar el hábito de consumir manteca por el de consumir aceite vegetal. Según su relato, el costo fue mucho, pero se logró introducir el aceite y, en la actualidad, la inmensa mayoría cocina o fríe sus alimentos con aceite vegetal.

Al final de los años 70 el cultivo del algodón decayó por el costo y los precios no competitivos con la producción internacional. Además, el conflicto civil que vivimos en la década de los 80 obligó a que la siembra del algodón se contrayera. La rentabilidad del beneficiado de la semilla no rindiera los frutos esperados y se cerraron todos los beneficios de semilla de algodón del país. El aceite se comenzó a importar desde los Estados Unidos y desde Argentina, principalmente. El aceite venía refinado, blanqueado y desodorizado; pero se le terminaba de dar un "repaso", para mejorar la calidad.

Esto también acarreó otros problemas. Ya se había cambiado la preferencia de los consumidores por el aceite, en lugar de la manteca. Pero también se había acostumbrado a las amas de casa a seleccionar el aceite con base a su color. El color del aceite de algodón nacional estaba arriba de los 8.0 rojo, con el método Lovibond El aceite importado desde los Estados Unidos traía un color mucho más bajo. A veces bajaba hasta los 3.8 Rojo, Lovibond. El color se percibía como amarillo claro, mucho más claro que el aceite de producción de semilla nacional. El público también hacía conjeturas: "estaba mezclado con agua". Obviamente esto era imposible, puesto que el agua y el aceite no se mezclan, pero el común de la gente, en nuestro país, no cuestiona este detalle.

Para evitar la "fuga" de clientes, se decidió subir el color rojo con Betacaroteno y comenzar a bajar, periodo tras periodo de varios meses, el color, hasta llevarlo a un 4.5 rojo, Lovibond. De esta forma el consumidor se fue acostumbrando al color del aceite y siguió consumiéndolo. Aparecieron otros tipos de aceite: de girasol, de canola, de palma, etc., y el mercado se diversificó.

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